Este año, la cantidad de estudiantes que muestran interés por la lectura ha ido empeorando, es decir, la “costumbre, tradición o hábito” de tener un libro, abrirlo, olerlo, curiosearlo y por supuesto, leerlo; es muy baja.
Es muy raro ver a las juventudes leyendo, bueno, o por lo menos la típica imagen de tener un libro físico en sus manos, pues lo de hoy, es un teléfono y si hay más pisto, pues otros dispositivos.
Leer en Jocotenango, siempre ha sido un tema difícil, y peor ahora con el ilimitado acceso a información en las redes sociales. Al parecer las personas leen más que antes (aunque no signifique una lectura y comprensión de calidad) porque están obligadas. Obviamente, para estar largas horas del día conectadas a las redes sociales, hay que leer, no hay de otra. pero ¿comprenden con claridad y sin tantas vueltas lo que están leyendo? ¿Comprenden lo que ven?
¿Cómo están abordando las familias, escuelas/colegios esta dinámica?
¿Todavía existen las bibliotecas escolares (si es que en algún momento hubo)?
¿Qué estrategias se impulsan para aumentar y mejorar el derecho a la lectura?
¿Todavía leemos? ¿Nos interesa leer? ¿Qué es lo que leemos? ¿Para qué leemos?
En fin, a nivel del proyecto de secundaria y diversificado en nuestra organización, estamos experimentando ese problema, casi ningún estudiante pregunta por un libro, y a pesar de que muchas familias están atravesando crisis económicas, sus hijos e hijas, de alguna manera han logrado hacerse de un teléfono (a veces con saldo, otras veces no) con uso moderado de internet si hay que pagarlo por ellos mismos; cuando hay acceso libre a internet, la cosa cambia, y los video juegos, tik tok, instagram, youtube, facebook, son las plataformas más frecuentes de uso y consumo.
Pero ¿y la lectura? y ¿la escritura?
¿Vale la pena todavía impulsar una biblioteca o espacio de lectura en estos tiempos donde ni a los profes y profas, comunidad de padres y madres de familia les apetece leer?
Si ayudo a una sola persona a tener esperanza, no habré vivido en vano. (Martin Luther King)
Durante años he participado en procesos sociales que ayudan a las personas a tener acceso a educación, salud, nutrición, deportes, arte, tecnología, alimentación, dignidad, espacios seguros, empleos, oportunidades, y más…Lo hago porque me gusta y porque le da sentido a mi vida… y porque puedo.
He aprendido a gestionar, a buscar, a pensar en estrategias de comunicación y construir narrativas que respalden las acciones e intenciones. Saber contar una historia y hacer que las personas que la escuchen se vayan con uno a donde uno quiere, para luego, ir a donde ellas quieran; es probablemente lo más difícil de mi trabajo, pero la mayoría de las veces ha funcionado y fue así cómo logramos construir dos hermosas escuelas (El semillero y el Centro de Oportunidades) que están al servicio de las familias guatemaltecas.
Ha sido un proceso de aprendizaje serio, porque a pesar de ser alternativo (pues no pude ir a estudiar a la U sobre este tema) y de haber cometido muchos errores, de atravesar experiencias negativas; la vida me ha enseñado a puro pencazo a estar a cargo de los procesos, moldearlos, curarlos, diseñarlos, presentarlos y exponerlos a los demás para que se conviertan en sus proyectos, para que generen identidad y pertenencia. (Sobre las cantadas que me he echado, escribiré un artículo pronto).
Afortunadamente, los resultados y logros son mayores que mis fracasos y caídas. Sin embargo, lo primero, no fuera lo que es, sin lo segundo. De acá entonces la filosofía de los “Sueños e Ideas en Acción” fusión de energías, talentos e intentos, de movimientos, de errores y aciertos, de vida… de pura vida intensa.
En fin, a pesar de que “El Patojismo” es en esencia un proyecto de carácter humanitario en constante búsqueda de ayudas para sí mismo, no significa, que no podamos gestionar ayudas para otras plataformas y compartir. Buscar siempre el bienestar común.
Ante la ausencia del Estado y su superficialidad, el agresivo mercadeo de la actual esfera política y la mezcla del egoísmo, ambición e intereses del “multiverso politiquero chapín” es también nuestro deber como ciudadanía movernos y buscar soluciones, porque si esperamos a que “aquellos vengan a resolver” (aunque es su obligación y por eso reciben miles de quetzales del dinero público cada mes) o se empeora la cosa, o no pasa nada… o lo hacen a medias o por salir del paso… y pues ya sabemos cómo para todo. ¡Solo pajas!
Entonces, parte de mi trabajo (en la medida de mis posibilidades) es buscar recursos o materiales para hacerlos llegar a escuelas públicas, puestos de salud, proyectos sociales (Quiché, Chimaltenango, Sacatepéquez, son algunas regiones donde hemos colaborado) que estén haciendo labores vitales, pero que tengan dificultades de conseguir la atención necesaria o el apoyo para seguir caminando.
Las redes sociales han sido la vía de comunicación, y entre socios, amistades, conocidos, emprendedores, marcas y demás, hemos aportado desde el respeto y solidaridad, nuestros granos de maíz a algunos directores de escuelas públicas que lo necesitan, a personas de puestos de salud que a diario hacen lo que pueden con lo poco que tienen para ayudar a las demás personas.
Ojalá algún día logren recibir los recursos que necesitan para seguir atendiendo a las infancias y juventudes en sus distintos sectores. ¡Ojalá! dijera Silvio Rodríguez…
Pero bueno, a lo que veníamos.
Les cuento que para este noviembre 2024 se están gestionando fondos para adquirir 7 cubetas de pintura (La Paleta nos donará otra por cada una que compremos por ser iniciativa del patojismo) y poder apoyar la gestión del genial Profe. Juan Carlos Roldán en su labor maravillosa de pintar y dejar bonita la Escuelita de Mano de León; al mismo tiempo, pintar también la iglesia del caserío.
¡Las dos casas del bien, pronto estarán pintadas!
El martes 5 de noviembre compraremos la pintura y esa semana se hará entrega al Profe. Juan Carlos las cubetas de pintura para su escuela y la comunidad. Gracias a todos y todas por unirse a este proyecto, seguiremos convocando, haciendo ruido y buscando ayudar siempre a los y las que ayudansin tanta casaca, para lograr que las condiciones mejoren y que la niñez, juventud y sus familias vivan en paz y en armonía.
Gracias por leer, por ser parte de esta red y por aportar a las causas que ayudan a reconstruir el tejido social guatemalteco.
En breve comparto el listado de seres maravillosos que hicieron posible